Los contextos de abuso a los inmigrantes africanos parecen no tener límites.
En el día 27 de abril, el caso de seis inquilinos senegaleses cuyo arrendador decidió desalojarlos violentamente, prendió nuevas alarmas sobre las múltiples arbitrariedades a las que son sometidas esta población inmigrante.
Los hechos sucedieron en el Municipio de Morón, cuando el arrendador del lugar ubicado en Bragado 2167, solicitó “de manera inmediata” la desocupación del inmueble hace tres días, en ese momento amenazó con arma de fuego a uno de ellos que vivía en el lugar con sus dos hijos pequeños manifestándole que tenían que irse de inmediato del lugar.
Vale la pena aclarar que los inquilinos desde hace tres años habitaban el bien y los cánones de arriendo se encontraban pagos hasta el 10 de mayo, así como el cumplimiento de las demás obligaciones a su cargo.
En el día de ayer los mientras los inquilinos salían a buscar un nuevo lugar para mudarse, el dueño del lugar violentó con barretas las puertas del inmueble, y destrozó por completo el lugar, y arrojó todo por la ventana: electrodomésticos, ropa, camas, muebles e inclusive la mercadería que los chicos venden para subsistir. Tal y como lo demuestran las fotografías, todo quedó en estado deplorable e inservible. Estos hechos sucedieron a la vista de todos los vecinos quienes observaban cómo eran arrojadas por las ventanas las pertenencias de los chicos. Cómo si no bastara este menoscabo a la dignidad, a la propiedad, y al contrato mismo, cuando se acercaron a hacer el reclamo respectivo por los sucedido, fueron atacados con armas de fuego por este sujeto y otros que se encontraban con él, por suerte lograron escapar y no hubo heridos que lamentar.
Hoy estos seis chicos están en la calle, el dinero de sus ahorros desapareció y nadie quiere alquilarles, el argumento para negarles el lugar: su color de piel. Quizás el mismo argumento bajo el cual se esconden todos los abusos que continúan recibiendo.
La Fundación Ciudadanos del Mundo y la Asociación Casa Senegalesa, ambas organizaciones no gubernamentales dedicadas a la defensa de los inmigrantes en la Argentina, se hicieron presentes en el lugar como muestra de apoyo y de garantía del respeto de sus derechos. Así mismo adelantaron las denuncias ante las instancias judiciales y administrativas correspondientes.
Hechos como estos se presentan a diario, los desalojos violentos se suman ahora a los clásicos maltratos verbales y discriminatorios, abusos policiales, estafas y amenazas.
El panorama de la indocumentación, la falta de trabajo y la persecución que caracteriza a los inmigrantes, pareciera bastante difícil de agravarse, pero como lo muestran las siguientes imágenes es perfectamente posible.
Dentro del lugar no quedó absolutamente nada, sólo este tambor que en una forma que pareciera simbólica no fue removido del lugar, y que se fotografió como una muestra de dignidad en medio de las dificultades.
A continuación las denuncias realizadas :
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